--
Esta
coladito por ti- decia Elena.
-
¿Pero
que dices?- contestaba Madge.
-
¡Katy!
Diselo, dile que es verdad.
-
Sabeis
que no me gusta opinar, pero... es verdad.- le dije a Madge levantando los
hombros.
-
¿Y
si es asi, porque no me ha dicho nada? Se va a la Uni y no creo que nos
volvamos a ver más.
-
¡eso
es imposible!- contesté yo. No quería pensar en que el grupo se iria
disolviendo, ya que cada uno iria a una universidad y nosotras nos quedaremos
aqui, no puede ser, desde primaria que estamos juntos, no puede acabar aqui.
-
Katy,
Madge tiene razón, sabes que...
-
¡CALLA!-
dije interrumpiendo a Elena, ya sabia lo que iba a decir- Mirad solo quiero que
este verano sea imborrable, por favor, dejemos este tema.
Y así lo
hicimos. Fuimos las ultimas en llegar. Yo me pedí un bocadillo de lomo, queso y
bacon. Tenia que desahogarme y solo lo conseguiria comiendo. Estuvimos hablando
de salir esta noche, ya que mañana con las maletas y eso no podriamos vernos.
Tambien me enteré de que Amanda venia con nosotros. No pasa nada, cuantos mas
mejor, pero hubiera preferido que no viniera.
Quedamos
delante de la discoteca a las 23:00. Peter me acompañó a casa y de golpe me
soltó:
-
Ponte
guapa- me dijo guiñandome un ojo.
-
¿A
que viene eso, no lo soy de normal?- le dije empujandole.
-
Claro
que si, pero si te pones más, estaras mas sexy.- me lo quedé mirando
sorprendida cuando dijo:- era broma.
En ese
momento me puse colorada y ya no pude mirarlo a la cara. Nunca me habia dicho
nada de ese tipo. Si, es verdad, es mi mejor amigo y alguna que otra vez me
habia soltado algun piropo, pero hoy, habia sido... diferente y yo no sabia
como reacionar. Al llegar a casa le ofrecí bebida, pero no quiso y se fué.
No se porque
lo hice, pero, subí a mi habitación como una bala y busqué como loca en mi
armario algun vestido que tubiera para ponerme. Pero no encontré ninguno
cuando, mi hermano llamó a la puerta.
-
Esto
es para ti, de parte de Elena, dice que: De nada- dijo imitando como lo hubiera
echo ella.
¡Me salvó la
vida! Me havia dejado un vestido turquesa con palabra de honor y unos tacones
negros. No me gustaba pasar delante de el espejo y verme de esa manera, pero
era lo que tocaba ponerse. Me recogí el pelo en un moño alto y me puse un poco
de base y eyeliner. Entonces no me quedaba ningun otro remedio que mirarme, y
me ví, como una barbie a la que habian acabado de vestir y que no parecia ella.
En ese momento entró mi hermano en el baño ( ya que era compartido).
-
Perdona,
no sabia que estabas aqui...- se quedó boquiabierto al verme- estas... muy...
te queda mal el vestido- le tiré un jabon de pastilla que esquivó habilmente.-
es broma, estas muy guapa.
-
Gracias
hermanito- le dijo en tono burlon y sacandole la lengua. Imediatamente me
apartó del espejo para poder arreglarse él.
Al bajar me
esperaba mi madre.
-
Katherine,
¿eres tu?
-
Claro
mamá.
-
Pensaba
que eras una de tus amigas.
-
Ya
no sabes ni reconocer a tu hija- dije pasando por su lado bruscamente, me habia
ofendido su comentario.
-
Perdona,
esque, no estoy acostumbrada a verte asi, estas muy guapa.
-
Ya
lo sé, se que nunca me has visto a si y probablemente pocas veces lo haras, si
no es porque estas encerrada en tu guarida.- me giré para mirarla a la cara.
-
Llevo
el libro bien, gracias por preguntar.
-
No
te he preguntado.
Llamaron a
casa, eran ellos, llame a Matt para que bajase y sin despedirme de mi madre,
abrí la puerta y allí estaba Peter. Guapisimo, llevaba su pelo negro rebuelto,
pero peinado y sus ojos grises brillaban a la tenue luz del porche, nunca me
habia fijado en ellos hasta ahora.
-
¿Nos
vamos, princesa?- dijo ofreciendome su mano.
-
Puedo
sola, gracias criado- le dije burlandome de él. Corrí hasta el coche pensando
en que me perseguiria, pero no fue asi, se quedo en el porche mirandome y
sonriendo. Ahí me sente como una tonta niña mimada y entré rapidamente al
coche.
La noche fue, bien. A mi las discotecas no me gustan, pero me aguanté. Hasta que mis pies no aguantaban más. La discoteca tenía una gran azotea y me subí para descansar. Sin darme cuenta de que había un chico borracho.
-
Anda,
guapa vienes a hacerme compañía?
-
¿Que
dices tio?- solo queria salir de allí, pero me atrapó, me cogió de las manos e
intentaba meterme la lengua hasta la campanilla, yo me resistia pero era fuerte
y cada vez me costaba más hasta que apareció Peter.
-
¿Que
coño te crees que hace?- dijo apartandome de sus brazos y llevandome a él.
-
Perdona,
no sabia que tenias novio.
-
Pues
te equivocas.
Me quedé
imovil mientras Peter me llevaba hacía la salida. Cuando estuvimos fuera tuve
fuerza como para:
-
¿Que
te crees que haces?- le dije enfadada.
-
Slvarte
de ese idiota- me dijo sorprendido y cabreado a la vez.
-
¡Puedo
cuidarme sola!
-
Si,
ya lo he visto.
-
No
tienes derecho a que me llamen “ tu novia”.
Eso creo que
le molestó, ya que añadió:
-
Vale,
tranquila, no te preocupes.- y se fué.
Me sentía
mal, solo quería irme de allí. Le pedí a Bruno que me llevará a casa.
-
¿Por
que?
-
Solo
quiero irme Bruno, por favor.
-
Esta
bien.
De camino a
casa Bruno intentó sacarme el porque queria irme de allí, simplemente le dije
que se preocupara de Peter, no quería que le pasara nada y ese chico de la
azotea se fue bastante enfadado.
-
De
acuerdo, pero me tendras que contar el porque.
-
Te
prometo que te lo contaré, pero hoy no, te lo pido.- le dije, y sabia que mis
promesas las cumplo y me dejó en casa.
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